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La hora de los podcasts
Aficionados de todo el mundo crean talk shows sobre tecnología, cine o sexo, que se pueden bajar gratuitamente para escucharlos en un iPod o cualquier reproductor de MP3. Estos programas amateur son el nuevo fenómeno en la red.
Por Manuel Contreras E. 09 de mayo de 2005
Desde minuciosos talleres de sexo hasta comentarios sobre las bondades del vino Carmenère. Ese es el amplio espectro de temas que los aficionados de todo el mundo están volcando en la red a través de programas de radio hechos desde sus propias casas.
Conocidos como podcasts, estas emisiones se tratan básicamente de talk shows grabados en el popular formato MP3. Sus seguidores pueden suscribirse para descargar automáticamente las nuevas entregas al PC y desde ahí traspasarlos a reproductores portátiles como el popular iPod de Apple.
El pionero del podcasting fue The Daily Source Code, programa creado a mediados del año pasado por el estadounidense Adam Curry, un presentador de MTV que, además, ideó el primer software para suscribirse a estos archivos sin necesidad de navegar hacia el sitio web para descargarlos.
En inglés ya hay más de cuatro mil de estos shows creados por aficionados, según registros de los portales Podcast.net y Podcastalley.com. Entre los más votados de la semana existen programas dedicados a los católicos o la astronomía.
José Gelado es autor del primer podcast en español: «Comunicando». El espacio está dedicado a la tecnología y ya cuenta con 1.000 descargas semanales por cada programa que se lanza a la red. «Actualmente existen más de 40 shows en nuestro idioma y casi a diario surgen nuevos podcasts», señala el comunicador.
Nuevo negocio
Pero si el origen de este fenómeno es libre y gratuito, ya hay empresas que buscan cómo obtener dinero a través de estos programas. Compañías de la talla de Heineken y Playboy han anunciado contenidos que inicialmente serán gratuitos y que se apegan a este modelo de distribución digital.
Por otra parte, los estudios Warner Brothers lanzaron recientemente un podcast hecho por la mediática y rubia Paris Hilton como una forma de promocionar el próximo estreno del filme de horror House of Wax.
Un ejemplo particular es el que protagoniza Michael Geoghegan. Se trata de un estadounidense que luego de crear su propio podcast en el que recomendaba películas para fanáticos del Blockbuster, se transformó en productor ejecutivo de Grape Radio, otro popular show en el que tres aficionados a la enología comentan los mejores vinos de California, Europa o Chile. Además, hace pocos días realizó programas para Disneyland Resort.
Pero eso no es todo: viendo la amenaza que esta moda de internet puede significar para el negocio de las radios, la cadena Infinity -que cuenta con 180 estaciones en Estados Unidos- convertirá su emisora 1550 KYCY en «la primera en emitir podcasts grabados por la gente», según explicó Gelado.
Quién quiere ser locutor
Para comenzar a descargar distintos podcasts se pueden usar directorios y buscadores en inglés como Podcast Alley o All Podcasts. Otra alternativa es el portal Podcast-es.org, que actualmente contiene 45 shows en español.
De forma más sencilla y automatizada, herramientas como iPodder o el jPodder pueden programarse para descargar los shows durante la noche y luego instalarlos en el reproductor MP3 antes de salir al trabajo o a estudiar.
Los usuarios que gustan de programas más específicos pueden acudir a Idiotvox.com, que se presenta como «el mayor directorio de podcasts del planeta». Allí se pueden buscar programas en categorías como cine, familia, finanzas o videojuegos.
Pero lo gracia es dar el salto y transformarse en podcaster. Un computador, micrófono, software de edición y conexión a internet son los elementos básicos. Superada la timidez inicial, según Gelado, «todos los problemas técnicos tienen solución. Si tienes una buena idea y algo que contar, puedes hacer un buen programa».
Una vez que se ha grabado el programa en un archivo MP3, existe una aplicación llamada EasyPodcast. Siguiendo las instrucciones disponibles en su web es posible crear sin problemas un talk show virtual propio.