Musicalizando la Red
Por Pablo Leites
Al margen de las consideraciones sobre sus resultados a futuro, las recientes iniciativas tendientes a disminuir la descarga ilegal de música por la Web deben haber dejado a más de un internauta con varios interrogantes: ¿Cómo hacer entonces si lo que quiero es escuchar la música que me gusta en la Red? ¿Es posible hacer que el usuario decida cuáles de sus archivos serán escuchados por otros, sin que se descargue ilegalmente?
La respuesta viene del concepto central de un invento mucho más antiguo que Internet: la radio. Porque, además de las radios on line que retransmiten programación o están exclusivamente en Internet, actualmente existen sitios y programas que permiten que el propio usuario se transforme en productor, musicalizador y, si lo desea, locutor de su propia radio.A olvidarse de inaccesibles equipos de transmisión, de antenas, del costoso streaming de audio y video alojado en servidores pagos y a veces hasta de la necesidad de contar con banda ancha para escuchar y hacer escuchar las canciones favoritas a una audiencia cada vez más global. En algunos casos con un módem de 56 K es suficiente para cumplir el sueño de la radio propia.Parientes del iPodLos aparatitos inventados por Apple y los cada vez más populares pendrives tienen capacidad para miles de canciones y horas de autonomía para escuchar música con calidad digital. Sólo que desde hace un tiempo a esta parte los usuarios están llenando ese espacio con contenido de audio, no necesariamente música, producido de forma amateur por impredecibles “locutores” de todo el mundo.
El fenómeno se conoce como “Podcasting”, y si bien toma su nombre del dispositivo de Apple, el sistema funciona con cualquiera de los reproductores de MP3 que hay en el mercado, y ni siquiera hace falta tener uno para ser un “podcaster”.
En pocas palabras, un delivery de audio por Internet.Sólo es necesario un micrófono, una computadora con algún software de edición de sonido y tener algo que decir para grabarlo en la comodidad del living. Luego, se descarga cualquier programa que permita subir y descargar los archivos grabados a la Web como iPodder o Jagër (compatibles con Windows, Mac o Linux), Doppler o Nimiq (sólo para Windows), iPodderX o Sparks! (sólo Mac), y Bashpodder (únicamente para Linux).
El resto es sumamente simple: una vez instalada alguna de estas aplicaciones, los usuarios eligen cualquiera de las páginas web que hacen Podcasting y lo adjuntan a su lista de agregados, de manera que los nuevos contenidos que se suban a la Red van a estar disponibles para ser descargados de manera automática.En www.voymusic.comse puede elegir entre una veintena de podcast hechos en Latinoamérica. Una vez que han sido agregados, el programa baja los archivos elegidos a la computadora, donde se pueden escuchar (con iTunes, Windows Media Player o Real Player), o directamente enviarlos al reproductor portátil de MP3.T
anto se ha expandido el fenómeno, que se calcula en 60 millones el número de podcasters para el año 2010.Radio
P2PQuizás el más simple de todos, el peercast es un software que permite escuchar radio o mirar videos en Internet a través de la polémica tecnología P2P, que hace posible que cualquiera se convierta en emisor sin los costos de ancho de banda que genera el streaming y los servidores donde se alojan los contenidos.El gran punto a favor es que el peercast es una red absolutamente descentralizada, y como quienes emiten no están obligados a ofrecer ancho de banda a sus receptores, cada usuario puede ser cliente o servidor de las emisiones, incluso con un módem de 56K.
Cabe aclarar que no se descargan archivos sino emisiones, que son intercambiadas en tiempo real con otros usuarios y no hay archivos que se almacenen localmente en las máquinas que participan.El sistema soporta casi todos los formatos conocidos de música, como MP3, OGG Theora/Vorbis, WMA, WMV y NSV, y los reproduce en aplicaciones básicas como Winamp o XMMS, entre algunas de las más populares. Funciona bajo Windows , Linux y Mac OSX, y un detalle no menor respecto de la seguridad: funciona aún a través de firewalls y routers. Para comenzar a usarlo sólo hay que descargar el software ingresando a www.peercast.org.Blogs, siempre blogs
En el sitio www.radioblogclub.com funciona el que se presenta como el más complejo y con mayores requerimientos de los programas aquí mencionados. Se trata de una aplicación que permite a los usuarios subir música en formato MP3 creando una lista de reproducción (playlist, en inglés) que luego aparece en forma de pop up en animación flash, haciendo del portal una suerte de comunidad de estaciones de radio hechas por y para los usuarios de Internet.La página principal cuenta con un buscador en el que escribiendo autor, intérprete o nombre de la canción que cualquier navegante desea escuchar, propone todas las “estaciones” en las que está cargado el archivo.
Luego cliqueando en el elegido se abre la ventana emergente con la lista de reproducción completa que el “radioemisor” programó. Tiene una muy práctica función de crossfade, que funde el final de cada canción con el comienzo de la siguiente y, si no todos los temas son del agrado del usuario, se pueden saltear con la función “zap”.Para pasar de oyente a radioblogger, la cosa es un poco más complicada y es recomendable que, de decidirse a hacerlo, se disponga del tiempo necesario para aprender probando o en su defecto contar con una persona ya interiorizada en el tema que sirva de guía.
En primer lugar, hace falta un host o espacio en un servidor de Internet, que teniendo en cuenta un peso de 2MB por canción en una resolución de 96 KBPS, deberá tener un mínimo de 100MB de espacio disponible.Para eso es recomendable un servicio de host gratuito como los que se ofrecen en www.globalweb.com.ru; 5gigs.com; siteburg.com; www.dysfuncti0nal.com ó www.frandt.com/content. Recordar que cuanto más espacio haya disponible en el host, más canciones se podrán subir.El paso siguiente es descargar el Radio.blogDJ (RBDJ) desde www.anre.org/rbdj/, y una vez hecho esto, contar con un ancho de banda de 10 Gigabytes, para permitir la conexión de una veintena de usuarios simultáneos.La de los requerimientos es, sin dudas, la cuestión que más barreras pone a los usuarios no iniciados en el sistema, sin contar con que las instrucciones están exclusivamente en inglés. De cualquier manera basta entrar y comenzar a elegir las listas programadas por otros usuarios para reconocer que el resultado vale la pena el esfuerzo.
Fuente: LA VOZ DEL INTERIOR.Actualizado: lunes 28 de noviembre de 2005.