Según estimaciones realizadas por The Diffusion Group (TDG), en el año 2010 el número de consumidores de esta herramienta podría aumentar a más de 60 millones.

MADRID.- La herramienta de audio descargable en las computadoras y portátiles, denominada podcast, se ha convertido en un medio de difusión para políticos, profesores y líderes religiosos.Estos usuarios, apegados al estilo de vida digital, valoran la creciente y popular variedad de aplicaciones en la “podcastmanía”, un fenómeno que despegó en el 2004 y cuyas proyecciones futuras por parte de analistas de la industria en Estados Unidos son bastante alentadoras.Estimaciones de The Diffusion Group (TDG), una firma consultora dedicada a investigar las aplicaciones de las tecnologías digitales, señalan que más de cinco millones de consumidores se conectarán hacia finales de este año a los podcasts. Y el número de usuarios, añade TDG, podría aumentar a más de 60 millones hacia el año 2010.Los podcasts son programas de audio sobre todo tipo de asuntos, que se pueden descargar de internet y se asemejan a los de radio. En un sentido más estricto, se diferencian de otros tipos de ofertas mediáticas en que requieren de suscripción y del empleo de un software que se encarga de buscar y bajar contenido nuevo de forma periódica y automática. La etimología de la palabra combina “broadcasting” (transmisión o radiodifusión) y “iPod”, nombre del reproductor de música de Apple. Pero el término puede ser inapropiado, ya que ni el “podcasting” ni el escuchar podcasts requieren de un iPod o un reproductor portátil, y el servicio tampoco implica la radiodifusión. El “podcasting” surgió de la necesidad de sacar ventaja al vasto espacio vacante de los iPods, por lo que podría considerarse que fue la tecnología del audio portátil la que lo creó en principio, según Marc Freedman, analista de TDG.Con todo, el experto añade que el “podcasting” tiene que ver cada vez menos con los reproductores de audio portátiles, y más con el consumo de programación de audio por suscripción en los ordenadores fijos y portátiles, así como en palms y teléfonos móviles.“En definitiva, el legado del podcast será que añadirá la opción de suscripción a las opciones de distribución de contenido digital ya disponibles”, señaló Freedman en una nota difundida por el sitio Enter.com. Además de rellenar el espacio vacío del iPod, el podcast fue visto por muchos como el canal ideal para distribuir sus propios programas de radio, así como, en algunos casos, para evadir censuras de las autoridades reguladoras de medios.Muchas emisoras de radio y medios de comunicación de Estados Unidos que buscan distribuir información y noticias adicionales a las de su programación regular se han sumado ya al “podcasting”. En el ámbito educativo, escuelas en los estados de Maine, Nebraska y Connecticut utilizan el “podcast classroom” -o salón de clase portátil-, mientras que la enciclopedia electrónica Wikipedia ofrece algunos artículos en un podcast.Los dos mayores partidos políticos, demócrata y republicano, así como algunos políticos de Estados Unidos, tienen sus podcasts, y los empresarios los usan para organizar agendas de conferencias y reuniones importantes, o para mantenerse comunicados internamente.Existe incluso el “godcasting”, un servicio a través del que grupos religiosos entablan discusiones o colocan sermones y, al otro lado del espectro, el “podnography”.El servicio también se utiliza para guías turísticas -tan solo en audible.com hay disponibles unos 50 tours- e inclusive la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio) coloca, desde febrero pasado, sus noticias científicas en el formato de audio en su podcast.Todo ello parece confirmar las palabras de Steve Jobs, presidente ejecutivo del gigante informático Apple, que en su día adelantó que “el podcasting es la nueva generación de la radio”. (Especial)

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